Llevaba horas caminando sin detenerme ni un sólo momento. Había recorrido calles y calles y se me hacían como un desierto de asfalto; y me sentí como un camaleón arrastrándome por el árido suelo, adaptándome a él, mimetizándome con el entorno. Miré a mi alrededor y me di cuenta de que no valía la pena seguir buscándome a mi misma en medio de la ciudad; sólo era una pieza más de aquella masa que llaman sociedad y decidí seguirla y dejar de sentir el peso de ser diferente. Levanté mis ojos y un enorme cartel indicaba la dirección;" No vaya a ser que alguien pretenda destacarse".
Mmm, suculento ;D
ResponderEliminarMe gusta el verbo "mimetizar" ^^
buenísimo texto, buenísima foto
ResponderEliminarhttp://fascinadosporlaliteratura.blogspot.com/
ResponderEliminar¡¡¡Me encanta...hay talento!!!
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